Cuando nos preguntan o nos piden que digamos lo que más nos gusta de nosotros mismos, o las cosas positivas que vemos en nosotros, etc ¿nos cuesta? ¿verdad? En cambio, nombrar nuestros defectos se nos hace mucho más fácil. Me detuve a pensar porque sería esto y concluí que se debe a la percepción que tenemos de nosotros mismos y por ende la falta de amor propio.
Esta falta de amor propio, acarrea otra serie de problemas o consecuencias que pueden afectar nuestra vida en general, nuestras relaciones personales, nuestro trabajo porque afecta la manera como nos conectamos con nuestros compañeros de trabajo, jefes, y mucho más.
Por ello, debemos empezar cambiando la manera como nos vemos a nosotros mismos, reconociendo el valor que tenemos como individuos y como parte de un todo; muchos pensaran, “suena bonito cuando lo lees, pero en la práctica es otra cosa” y de repente es así, pero para eso hay que dar pequeños grandes pasos.
El primer paso es practicar un egoísmo sano, ¿y cómo se come eso? El egoísmo sano, para mí, no es mas que el conjunto de acciones que tomamos para evitar que lo que digan o piensen otros de nosotros, nos afecte, o evitar que siempre pongamos a un lado nuestros sentimientos para agradar o hacer felices a los demás, sea quien sea, incluso a nuestros propios hijos, en el caso de que seas madre, ¡y no, eso no nos convierte en una mala madre!
Practicar el egoísmo sano es entender que para que todo lo demás funcione a nuestro alrededor, necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos poniéndonos de primero, ya que mientras nuestro mundo interior funcione, podremos ser parte de ese todo sin sacrificar quienes somos, como pensamos o como nos sentimos.
Ponernos de primero, engloba muchas cosas, pero considero que la que más me ha ayudado a mí en lo personal es aprender a decir NO, y no solo me refiero a decir la palabra como tal, sino alejarnos de las situaciones o personas que queriendo o sin querer nos quitan la paz, nos roban las energías, y nos hacen sentir menos.
Eso me paso en una relación que tuve y por eso necesitaba un espacio y un tiempo para darme cuenta y procesar todas estas cosas que ahora comparto con ustedes. Y es que llegué a un punto donde no me sentía valorada, amada, respetada e incluso ni bonita, y apartándome de esa situación comprendí que quizás todo eso paso o que me sentía así porque en algún momento de mi relación deje de ser YO por estar con él y todo lo que eso implica: dejar mis metas, las cosas que quería hacer, o las que me gustaba hacer, a un lado, es decir, me desconecte por completo de mi YO y estoy segura que eso afecto nuestra relación y la frase “para amar a los demás, tienes que amarte primero” recobro un nuevo significado para mí.
Lo que me lleva a plantearte el primer reto, si en estos momentos te sientes de esa manera.
¿En qué consiste? Tómate una o dos horas mínimo una vez a la semana para dedicarte tiempo y hacer algo por ti y para ti, ver una película o una serie, darte un largo baño, etc. ¡Disfrútalo al máximo! Me encantaría que me comentaras por esta vía como te fue, puedes incluso ir mas allá llevando un cuadernito de #selflove e ir anotando todo lo que vivas, pienses o sientas durante el proceso.